Las mujeres no son mejores ni m?s pac?ficas que los hombres pero han tenido y tienen un importante protagonismo en la causa de la paz.
Desde el lugar de la extra?eza del que hablara Virginia Woolf, en este caso extra?as a la racionalidad b?lica, pensadoras y activistas trataron de convencer al mundo de la locura de la guerra. Su bagaje no est? solo en los grupos organizados. Impregna el quehacer cotidiano de tantas mujeres cuyo trabajo es crucial para el sostenimiento de la vida. Frente a la l?gica de la acumulaci?n econ?mica que rige en el mundo globalizado actual, la l?gica de la sostenibilidad de la vida que subyace en su trabajo y el de otros grupos humanos del mundo, se levanta como una alternativa necesaria para la supervivencia de la especie.
La autora recoge en este libro diversas
pr?cticas y propuestas desde la iniciativa en medio de la Primera Guerra Mundial de reunirse en La Haya para proponer una salida negociada al conflicto hasta iniciativas como el Campamento de Mujeres de Greenham Common en los a?os ochenta, en plena Guerra Fr?a, fuente de inspiraci?n para el conjunto del movimiento pacifista antinuclear, pasando por las Madres y Ab uelas de la Plaza de Mayo, las viudas de Guatemala o las Madres de El Salvador, que se organizaron para la denuncia de los desaparecidos y contra la impunidad de los responsables; las Mujeres de Negro, desde Israel y Belgrado, que levantaron su voz contra las pol?ticas agresivas de sus gobiernos, y la Ruta Pac?fica de las Mujeres Colombianas que sigue tratando de desactivar en el d?a a d?a los artefactos que mantienen la guerra en su pa?s.
Aborda asimismo avatares y ejemplos de la participaci?n de las mujeres en las mesas de negociaci?n de la paz, impulsada desde el a?o 2000 por la Resoluci?n 1325 del Consejo de Seguridad.